El texto de una perdida inscripción consagratoria fecha este acto en el año 921. En esta ocasión, el edificio debía de estar rematado o próximo a su remate. Se trata pues de un edificio de notable importancia, testimonio de la pervivencia de las técnicas y proyectos del siglo IX en tiempos ya avanzados del siglo X. Por copias que recogen el texto de perdidas inscripciones, sabemos que sus altares estaban dedicados al Salvador, San Juan Bautista y Santiago, como el vecino templo de Valdediós.
Su planta responde perfectamente al modelo basilical asturiano: tres naves, de tres tramos sobre pilares, triple cabecera enmarcada en muro testero recto, cámara supraabsidal sobre la capilla central, antecuerpo occidental tripartito y dos presumibles habitaciones laterales, al Norte y al Sur, abiertas al tramo oriental de las respectivas naves laterales.
Diversas reformas, acaecidas con probabilidad en los siglos XVII-XVIII han modificado profundamente el espacio occidental, en cuya dependencia Norte se conserva la pila bautismal original. Hoy se aprecia una tribuna de madera sobre el espacio central, a la que se accede desde la escalera situada en la dependencia meridional. Al mismo período histórico hay que atribuir el derribo de la habitación septentrional y la reconstrucción de la meridional, que hoy desempeña las funciones de sacristía. El pórtico o cabildo anexo a la fachada Sur es posiblemente obra del siglo XIX.
La cubierta es de carpintería de madera en todo el edificio, salvo en las tres capillas de la cabecera, donde se construyeron bóvedas de cañón. La fábrica exterior del edificio se compone de zócalo perimetral de mampostería y sillarejo, sobre el que se elevan los muros, del mismo aparejo, con hiladas poco regulares. Articulan los paramentos estribos de sillería, enjarjados en el muro. En las esquinas se han empleado sillares, de hasta 50 cm de grosor en los muros y 75 cm en el zócalo.
La iluminación está garantizada por cinco vanos rectangulares abiertos en la pared Norte de la nave central, y otros cuatro en la Sur. Los muros testeros de las capillas están dotados de vanos rectangulares, de los que el correspondiente a la capilla Norte conserva la celosía original.
La cámara ciega supraabsidal se abre al exterior mediante vano doble, con parteluz central de pilar y arquillos de ladrillo, muy semejante en su concepción al de Santo Adriano de Tuñón.
Los capiteles de la arquería perimetral de la capilla central constituyen la prueba mayor de la vitalidad creadora en el territorio asturiano a principios del siglo X.
Es muy escaso el bagaje pictórico conservado. Se reduce a débiles indicios en los muros de las naves central y laterales y en los ábsides. Salvo mínimos y no significativos detalles decorativos, las pinturas de Priesca, en lo conservado, reproducen la concepción y temas de la tradición aparecida en Santullano un siglo antes. Pese a lo escaso de la superficie conservada, puede afirmarse que hubo cierta incomprensión a la hora de reproducir los modelos, y una notable pérdida de calidad técnica.
Accesos
Villaviciosa. Priesca.
Visitas
Contacto y más información: Oficina de Turismo de Villaviciosa (985 891 759), Parroquia (985 976 712).
Horarios: en julio y agosto, martes y viernes, de 17:00 a 19:00 h.
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